¡ Salutem pluriman al nuevo día y al Astro Rey que lo alumbra!
A ése que arropa mi despertar, que
espanta a la noche y me quita las legañas. El que trae un aire fresco y es
vitamina para ponerme en pie y listo ante la nueva jornada
que ya llama.
A su
sentir planifico nuevas entregas y nuevas metas. A su
calor renuevo fuerzas y me desperezo en
un salir de la nocturna cueva más
brillante y esplendoroso buscando el verme
feliz en tu regazo. Una suerte el
volver a darte la bienvenida, abrir la ventana y sentirme en tus brazos.
Eres el más fiel y el que nunca falta a la
cita, ejemplo de amigo sin par. Cierto que a veces te dejas nublar y hasta tronar pero como si
cargaras las pilas resurges cual Ave Fénix más radiante si cabe. Toda una
filosofía de la que eres gran Maestre ante la que me postro cual aprendiz aficionado.
Solemne, amo y señor inflas mi corazón y a ti
me encomiendo para, al igual que su Merced seguir levantándome cada mañana como
si fuera la primera y sin importar contarlas.
Vaya pues con el presente, mi particular brindis al sol y en su homenaje
© Paco Torralba
Chelva,
2024